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Preparar la vuelta al cole: entender las diferencias y/o dificultades de aprendizaje e intervenir eficazmente con los alumnos TDAH para favorecer y potenciar un mejor ambiente escolar.

Los problemas que atraviesan actualmente tanto los alumn@s con TDAH como los alumn@s sin TDAH y/o con “diferencias de aprendizaje”,  en el contexto educativo están aumentando significativamente en los últimos años debido principalmente a que la responsabilidad para la enseñanza de estos niñ@s se ha visto mayoritariamente condicionada, limitada, obstaculizada, restringida, relegada e incluso “desautorizada legislativamente”, al tratar de imponer una “enseñanza general” mediante la cual se asumía que todos los alumn@s tienen que aprender de la “misma forma” sin tener en cuenta sus características y diferencias individuales de aprendizaje y/o las dificultades con las estrategias o técnicas empleadas en las propuestas pedagógicas.

Tener diferencias o dificultades de aprendizaje, es como tratar de aprender un “idioma extraño”, ya que en la mayoría de las ocasiones, y antes de poder pensar en el nuevo idioma, uno se ve forzado a traducir una y otra vez tratando de comprender el sentido de cada vocablo, del mismo modo,  que los alumn@s con TDAH y/o diferencias de aprendizaje,  precisan siempre “traducir” los contenidos de cualquier lección a un “lenguaje” que su cerebro pueda procesar, entender, proyectar e interpretar.

Las diferencias de aprendizaje generalmente son perenes a lo largo de toda la vida y aunque con el tiempo sea muy difícil deshacerse de ellas, si que se pueden desarrollar estrategias que permitan minimizarlas significativamente.

Para ello, es fundamental que el docente sea capaz de comprender que “todos los alumn@s tienen capacidad de aprender”,  y que sea consciente de que los alumn@s tienen diferentes estilos de aprendizaje que afectan a su modo de pensar, de comportarse, de procesar información y de encarar el aprendizaje, sin olvidar que “etiquetarlos”,  ofrece muy pocas oportunidades de aprendizaje, ya que la “identidad y analogía de una persona” no tiene porque apegarse a la definición de su disfunción.

Un docente eficaz precisa tener presente siempre que estos alumn@s no son necesariamente menos capaces o inteligentes en relación a otros que tienen un buen rendimiento académico, sino que simplemente son “menos agraciados” en este contexto  en cuanto a disfrutar de sus habilidades y capacidades para llevar a cabo su aprendizaje, y más aun,   si tenemos en cuenta que a una gran mayoría no se les ha enseñando “nunca jamás” estrategias compatibles con su manera de pensar y aprender.

Por tanto, para ayudar a los alumn@s con diferencias de aprendizaje a que puedan convertirse en “alumn@s más capaces” sólo debemos identificar los problemas que están afectando a su persona y aplicar estrategias que nos permitan enseñar las técnicas apropiadas con el objetivo de disminuir significativamente sus dificultades mediante métodos pedagógicos correctos que generalmente no necesitan ni suavizar los contenidos ni repetirlos con frecuencia,  favoreciendo que el alumn@ pueda estar al nivel de su grupo de referencia, en lugar de bajar sus expectativas, ya que es evidente que el camino más inequívoco para adquirir una “autoestima alta y sólida” es hacer bien algo que percibimos difícil, y en el contexto educativo, no hay nada más mágico y poderoso que nuestra habilidad para transmitir expectativas coherentes de éxito adaptadas a las características individuales de cada uno de nuestros alumn@s.

Por todo ello, si el docente es un profesional eficiente y consciente de la “realidad escolar” sabedor de la significatividad e importancia de su rol y labor pedagógica en el en el ámbito educativo y que ha sido contratado teniendo en cuenta su nivel cualitativo de formación pedagógica continua y permanente, sus buenas aptitudes relacionales y una óptima capacidad de transmisión y comunicación, siempre debe plantearse y preguntarse: “¿qué esconde el niño en su interior?” (alegría, miedo, frustración, sufrimiento, baja autoestima, etc.) y tratar de esbozar “¿por qué los alumn@s no están aprendiendo a su manera?”, pues tiene la obligación deontológica y legislativa de investigar, gestionar, esgrimir y adaptar métodos o procedimientos que le permitan enseñar a sus alumn@s de la manera como ellos aprenden,  ya que es él quien con el apoyo de todo el equipo educativo debe responsabilizarse de catalizar y encauzar las potencialidades de cada niñ@ para identificar e individualizar las aptitudes y competencias propias de cada uno y animar al alumn@ a invertir al máximo sus recursos teniendo en cuenta que suele ser más enriquecedor y lógico  maximizar las posibilidades de todos que igualarlas.

Es necesario una pedagogía de calidad, dinámica, abierta y flexible que permita detectar tempranamente las potencialidades y dificultades de cada alumn@, y el desarrollo de una inteligencia más humanizada mediante una actitud atenta y de convicción por parte de los docentes que tolere establecer y mantener con cada alumn@ una relación de acogida colmada de calidez, escucha, sensibilidad emocional y respeto hacia la historia de cada niñ@, con el objetivo de ayudar al alumn@ a ser el centro del “dispositivo educativo” mediante la creación de una “atmósfera de seguridad afectiva” que favorezca su desarrollo integral a pesar de sus dificultades o diferencias de aprendizaje.

Los alumn@s con TDAH y/o diferencias de aprendizaje, en numerosas ocasiones se esfuerzan por hacer valer su condición de ser “malos alumn@s”, porque piensan que ese es el único medio que tienen de llegar a los demás, llamar la atención y ser reconocidos e incluso admirados por sus iguales.  Es más, en muchas situaciones dentro del contexto educativo regular tratan de autodesvalorizarse crónicamente por dos razones: para protegerse de su falta de conocimientos a nivel académico y  para evitar ponerse o ser puestos a prueba, puesto que es muy frecuente que transporten consigo una mochila personal cargada de sufrimiento, desmotivación por aprender, inestabilidad emocional y frustración e intentan defenderse de esta manera tan autodestructiva que utilizan como mecanismo de defensa al ser la única estrategia que conocen y que desde su perspectiva les hace sentirse más protagonistas.

 Lo que a la mayoría de nosotros puede parecernos “natural” o “normal” puede causar un gran malestar o sufrimiento en niños con TDAH y/o diferencias de aprendizaje,  ya que en circunstancias similares pueden reaccionar con una respuesta contradictoria, por lo que  si tenemos en cuenta las fechas en que nos encontramos y de cara al inicio del nuevo curso escolar, es importante y necesario considerar una serie de intenciones propósitos y estrategias con el objetivo de poder crear un importante “vínculo” , “principio”, “base” o “fundamento” que favorezca positivamente el ambiente educativo y ofrecer a los alumn@s con esta problemática, experiencias que les permitan sentirse bien acogidos, valorados y protegidos dentro del aula, tratando de paliar en la medida de lo posible las dificultades que habitualmente pueden derivarse de la vuelta al colegio al tener que encarar de nuevo los cambios y expectativas del aula.

A medida que se va aproximando el inicio del nuevo curso escolar, los alumn@s con TDAH y/o diferencias de aprendizaje, suelen tener las mismas preocupaciones que el resto de sus iguales pero “intensificadas”: ¿El maestro será bueno conmigo?, ¿Querrán  jugar conmigo los demás niños en el recreo?, ¿Volveré a sentirme solo?, ¿Conseguiré tener amigos?, ¿Podré controlar mi irritación y/o enfado?, ¿Las tareas serán muy difíciles?, ¿Tendré que hacer muchos deberes?…

Por tanto, es necesario e importante facilitar la intervención preventiva mediante la puesta en práctica de una serie de estrategias dirigidas principalmente a dinamizar el proceso de enseñanza aprendizaje con el objetivo de reducir las conductas problemáticas y potenciar la motivación para el aprendizaje por medio de modificaciones curriculares y actividades que abarquen toda una serie de procedimientos instruccionales, acomodaciones ambientales y organizacionales que habrá que adaptar a cada caso particular en función de las necesidades educativas, conductuales y emocionales de cada alumn@, así como de los recursos del propio centro.

Para ello, deberíamos siempre planificar y programar una “fase de adaptación” de aproximadamente 6 semanas de duración, que nos permita minimizar y/o evitar los posibles riesgos o desajustes académicos y conductuales, provocados por la estructuración y gestión del propio sistema escolar como consecuencia del cambio al tener que volver a afrontar el inicio del nuevo curso escolar.

Podemos comenzar con actividades de bienvenida durante las primeras semanas de clase, en la línea de las que se reflejan a continuación, que nos permitan trabajar en grupo de forma cooperativa, mejorar la interacción aulística, conocer los intereses de nuestros alumn@s,  y aprender a apreciar, respetar y valorar las diferencias individuales.

Actividad 1: “Queremos conocernos”

Para llevar a cabo esta actividad, se deben distribuir etiquetas autoadhesivas rectangulares y solicitar a los alumn@s que de modo individual, escriban su nombre en el centro para posteriormente pedirles que escriban cuatro respuestas a las siguientes preguntas (pueden sustituirse por otras según conveniencia):

  • En la esquina superior izquierda: ¿Dónde naciste?
  • En la esquina superior derecha: ¿Cuál es tu comida favorita?
  • En la esquina inferior izquierda: ¿Cuál es tu actividad favorita?
  • En la esquina inferior derecha: “Escribe algo de lo que te sientas muy orgulloso”.
  • Cuando terminen de escribir, deben adherir las etiquetas, formar parejas (se recomienda que sea el docente quien las organice para evitar cualquier tipo de “aislamiento social”) para que se entrevisten entre sí y luego puedan presentarse ante un grupo de otros 4 o 6 alumn@s.

 Actividad 2: “Tarjeta de presentación”

El objetivo de esta actividad es favorecer la formación de la identidad personal y es muy recomendable a partir de los 8 años de edad, que es cuando los niñ@s generalmente ya han formado su propia identidad.

La actividad comienza con la narración siguiente por parte del docente: “Imaginaros que estáis ante personas que no os conocen muy bien y tienen muchas ganas de conoceros porque os admiran y les gustaría que os presentarais mediante la realización de vuestra propia tarjeta personal.

Para ello, os voy a entregar unas tarjetas de colores en las cuales deberéis pegar vuestra foto y rellenar los campos que están vacíos: Nombre, Edad, Cualidades físicas, Cualidades personales, Gustos, Sueños y Aficiones.

Una vez que han finalizado la tarea, el profesor debe recoger todas las tarjetas, revisarlas brevemente y repartirlas al azar entre todos los niñ@s sin que les toque la suya propia, con el objetivo de facilitar la interacción social en el contexto aulístico.

Esta actividad, también sirve para que el docente pueda identificar y analizar posibles problemas o dificultades en cuanto a los pensamientos que los niñ@s pueden tener sobre sí mismos. 

Actividad 3: “Saluda a alguien que…”

Esta actividad es una forma muy agradable y “dinámica” de obtener y compartir información durante los primeros días de clase al favorecer significativamente que los alumn@s participen activamente en actividades que les permiten aprender a conocerse a ellos mismos y los demás. 

El procedimiento para llevarla a la praxis consiste en repartir a cada alumn@ una copia en papel de cartulina y tamaño DIN A-4, en la que se presenta un mosaico limitado por 12 casillas independientes en los que se reflejan las siguientes premisas a modo de ejemplo (aunque del mismo modo que en el caso anterior,  el docente puede utilizar las que crea conveniente en función de las características de su grupo-aula): Es nuevo en el colegio; Habla más de un idioma; Ha salido de viaje en vacaciones; Le gusta leer y/o dibujar; Toca un instrumento musical; Juega a la playstation y/o nintendo; Usa gafas o lentes de contacto; Tiene televisión y/u ordenador en su habitación;  Tiene al menos un hermano; Ha ido a un parque de atracciones y/o acuático; Ha permanecido en la ciudad o en el pueblo todo el verano; Le gusta ir al cine.

Una vez entregada una copia a cada alumn@, estos tienen que circular libremente por el aula y recolectar firmas de compañeros cuya descripción se corresponda con la casilla del formulario, siguiendo las siguientes normas:

Cada alumno puede firmar solo una vez y ningún alumno podrá firmar su propio formulario.

Cada uno debe tratar de recolectar el mayor número de firmas y después de que cada niñ@ haya firmado el formulario de otro, ambos deben saludarse y decirse: “Hola soy (nombre) y estoy encantado de conocerte”.

Actividad 4: “Medir el interés”

Es una actividad ideal para desarrollar durante la segunda o tercera semana de clase, ya que nos va aportar información muy valiosa que a posteriori habrá que contrastar al permitirnos comprobar mediante este procedimiento el interés de nuestros alumn@s al inicio del curso escolar.

Se trata de un cuestionario que deben rellenar en casa con la opcionalidad de poder pedir ayuda a un familiar para contestar a las preguntas.

En principio, el cuestionario, debe estar compuesto por entre 15-18 preguntas con espacio en blanco lineado y limitado debajo de cada una para poder contestar, aunque existe total flexibilidad para adaptarlo a las necesidades o particularidades de cada grupo-aula y en función del momento evolutivo:

¿Qué clase de programas de televisión te gusta ver y por qué?; ¿Cuáles son tus actividades favoritas y cuanto tiempo dedicas a ellas?; Si pudieras tener lo que quisieras ¿qué escogerías y por qué?; Escribe algo sobre tu juego favorito; ¿Qué clase de películas te gustan y por qué?; ¿A qué lugar te gustaría ir de vacaciones?; ¿Cuál es la actividad o el tema que más te gusta en el colegio y por qué?; ¿Cuál es la actividad o tema que menos te gusta del Colegio, y por qué?; ¿Qué cosas coleccionas y qué haces con ellas?; ¿Qué te gustaría ser de mayor?; ¿Qué clase de libros te gustan?; ¿Tienes ordenador o televisión en tu cuarto?; ¿Qué haces cuando tienes tiempo libre en casa?; ¿Quiénes son tus mejores amigos y por qué?; ¿Con que persona te gustaría hablar y por qué? Piensa 2 preguntas que quisieras hacerle; Imagina que inventas algo para mejorar el mundo.  Describe tu invento; Describe algo que sepas hacer muy bien y de lo que te sientas muy orgulloso; Dime algo que quieres que sepa sobre ti.  

Uno de los valores principales de esta actividad, de cara a intervenir con alumn@s TDAH y /o diferencias de aprendizaje, es que nos va permitir a medida que avanza el curso, utilizar esta información para trabajar con aquellos niñ@s que en principio no están motivados para aprender,  dedicándoles cada día unos minutos tratando de hablarles de temas relacionados con sus intereses y mostrándoles nuestro apoyo y agrado aun cuando no están logrando realizar de la forma más óptima sus tareas,  porque aunque son niñ@s que tienen dificultades para integrar el “asunto escolar” como dominio específico, manifiestan un “deseo infinito de saber” que pueden exteriorizar  solamente si son escuchados en su “aquí y ahora”.

 Actividad 5: Imagina

Esta actividad consiste en proporcionar a cada alumn@ del grupo-aula un espacio en la pared a modo de mural en el que puedan poner y gestionar todo lo que deseen: fotos de ellos mismos, de su familia, de sus mascotas, de su casa, de amigos y obligatoriamente algún “trabajo o tarea escolar” de la que se sientan verdaderamente orgullosos, con el objetivo de eliminar el malestar que los alumn@s con TDAH y/o diferencias de aprendizaje pueden sentir cuando sus trabajos en la mayoría de las ocasiones no son valorados en concordancia con sus posibilidades y expectativas ni seleccionados como “los mejores”.

Es importante procurar que esta actividad se realice de forma periódica y dinámica a lo largo de todo el curso escolar y  que permita a los alumn@s de todas las edades poner su “pequeño toque personal “ en el aula,  bajo el prisma del concepto de grupo, con el objetivo de fortalecer el sentido de pertenencia y mejorar la cohesión e integración grupal, ya que el reconocimiento es la base de la autoestima y construir una imagen positiva de sí mismo valiéndose de la mirada de los otros ayuda infinitamente al niñ@ con TDAH y/o diferencias de aprendizaje a ubicarse a la altura de sus iguales a pesar de su fragilidad e inconsistencia para que pueda percibir y sentirse incluido en el grupo clase.

Actividad 6:  Regalos

Mediante esta actividad se pretende que todos los niñ@s del grupo aulístico aprendan a percibir, respetar y valorar las diferencias individuales.

Para ello, primero se reúnen una gran variedad de regalos bonitos de carácter significativo para los niñ@s (juguetes, juegos, joyería de fantasía, CD de música, DVD de dibujos o películas, golosinas…) y de objetos ordinarios (pañuelos, servilletas, o rollos  de papel, trapos, piedras, pinzas de la ropa, ropa vieja, utensilios de cocina…), y a continuación, se van envolviendo los objetos comunes en paquetes hermosos y llamativos mientras que los regalos bonitos se envuelven en papel de periódico, estraza o cartón. 

Se deben realizar paquetes de regalo con formas y tamaños diferentes para posteriormente colocarlos en una caja grande y llevarlos al aula.

En segundo lugar, se insta a los alumn@s a que se sienten desplegando los paquetes de regalo enfrente de ellos y preguntando:  ¿Podrías adivinar que paquete tiene el regalo más bonito?.  (Generalmente, los niñ@s señalaran los paquetes mejor envueltos).

Posteriormente, se solicita a los alumn@s que siguiendo un orden abran los paquetes, comentando con ellos cómo no podemos saber lo que hay dentro con solo mirarlos.

A continuación, se va llamando a algunos alumn@s uno por uno para que se sitúen al lado del docente, mientras los demás niñ@s los describen como si fueran “regalos”, mencionando aspectos relacionados con las siguientes variables: color del pelo y de los ojos, estatura y ropa.  Seguidamente, se solicita a alguno de los alumn@s que “están siendo descritos” que se dirija a la clase y comente algo interesante sobre sí mismo y que no sea aparente como puede ser un pensamiento, un sentimiento, un disgusto personal, una experiencia, una actividad favorita, etc.

Antes de finalizar la actividad y a modo de conclusión reflexiva se debe comentar la siguiente analogía con los alumn@s :

“Así que cómo es evidente que no podemos saber ni conocer que hay dentro de un paquete de regalo con sólo observarlo, tampoco podemos saber que hay dentro de cada persona (pensamientos, emociones, sentimientos, conductas) por su sola apariencia o aspecto exterior”. 

 Actividad 7: Preparados, listos… ¡Ya!

Hacía el final de la primera semana de clase o al principio de la segunda sería interesante llevar a todos los niñ@s de la clase al área de juegos para solicitarles que formen una línea frente a una pared y se sitúen a unos 8 o 10 metros de la misma.

Para llevar a cabo esta actividad, tod@s deben estar colocados correctamente a la misma distancia de la pared para explicarles que a la señal de “Ya” deben correr tan rápido como puedan hasta la pared” y que tan pronto como un niñ@ toque la pared, sonará un silbato que será la señal para que tod@s se queden “petrificados y congelados” tal y como estén.

Una vez que el primer niñ@ ha tocado la pared y ha sonado el silbato, debemos decirles lo siguiente: “Cada uno de vosotros tenéis que fijaros en donde estáis y desde donde habéis empezado, con el objetivo de poder llegar caminando hasta la pared”. 

Una vez que tod@s los alumn@s han llegado a la pared, tenemos que comentar lo siguiente: “¿A qué no os habéis dado cuenta de una cosa?: ¡que todos hemos empezamos en el mismo lugar y que todos hemos terminado en el mismo sitio, aunque cada uno ha llegado a su paso!

Pues bien, “Esta es la forma de trabajar que vamos a llevar a cabo este año para el  trabajo en nuestra clase, por lo que espero,  que «nadie se preocupe por el paso del otro»(en cuanto al tiempo o ritmo de aprendizaje para alcanzar un objetivo), sino por el suyo propio”.

Actividad 8: Camina con tus propios zapatos.

Es una actividad muy divertida que consiste en intercambiar zapatos con algunos de los alumn@s, de tal forma que cuanto más exagerado sea el intercambio muchísimo mejor,  mientras el resto de la clase observa, los participantes deben tratar de caminar por el aula con los zapatos de otro.

En esta actividad el docente debe tener un papel activo y participar de forma dinámica en la misma, permitiéndose jugar y comentar por qué las personas tienen que usar sus propios zapatos. 

El éxito y el valor de esta actividad pasa porque el docente, sea capaz de explicar y transmitir al grupo, que parte de su trabajo escolar consiste en asegurarse de que los zapatos que se usan en cada actividad o tarea en el colegio les quedan bien a tod@s sus alumn@s, y que todos los niñ@s usen los zapatos adecuados para cada uno de ellos. Por ello, es importante concienciar a todo el grupo-aula de que si notan o sienten que los zapatos para alguna actividad o tarea no les quedan bien, se dirijan al docente para decírselo. 

Asimismo, existen otros procedimientos para crear y mejorar el ambiente en el contexto educativo a lo largo del curso escolar, dentro de la perspectiva del grupo-aula, que pasan por tener en cuenta y llevar a la práctica recomendaciones tan sencillas como las que se exponen a continuación:

  • Tratar de identificar, entender y reconocer los estilos individuales de aprendizaje dentro de cada grupo-aula, permitiendo que tus alumn@s demuestren lo que aprenden de un modo compatible con su manera y estilo de aprendizaje, favoreciendo significativamente el desarrollo de sus habilidades y potenciando sus éxitos.

  • Entender que el niñ@ es un ser de “emociones sin limites” permite ayudar al alumn@ a identificar, expresar y verbalizar sus emociones e intentar  que pueda comprenderlas en relación al contexto escolar, porque es éste, el único procedimiento para dotarle de un equilibrio psicológico óptimo y para evitar que esté siempre al “margen de sí mismo”.
  • Presentar toda la información nueva empleando una enseñanza multisensorial proporcionando estímulos auditivos, visuales y táctil-kinestésicos.
  • Aprovechar cada ocasión en la que pueda presentarse un error para demostrar que son una fuente muy valiosa para aprender, teniendo en cuenta que la confusión siempre precede al aprendizaje. 
  • Comportarse de manera ejemplar y enseñar a percibir, valorar y respetar las necesidades y diferencias individuales.
  • Usar el nombre de los niñ@s cuando se ilustren contextos o argumentos para las diferentes materias.
  • Evitar palabras y situaciones que puedan ser interpretadas como “nocivas” por cualquier alumn@ ya que en numerosas ocasiones las cosas que pueden expresarse en sentido de “broma” o “ironía” no son muy agradables para los niñ@s o no las comprenden adecuadamente.
  • Es mejor hablar en privado con cualquier alumn@, que utilizar constantemente cualquier tipo de “recordatorios públicos” delante de todo el grupo-aula.
  • Evitar etiquetar a los alumn@s para referirse a ellos, especialmente teniendo en cuenta a los que presentan dificultades para aprender.  Por ejemplo,  en vez de decir: “Los niñ@s que necesitan ayuda con su escritura o lectura acercaros a mi mesa” se puede decir el nombre de cada niñ@ “A, B, C, acercaros a mi mesa un momento por favor”.
  • Explicar, enseñar y reforzar el concepto de que en el aula “igual” no significa “lo mismo”  exponiendo y justificando de forma clara y concisa que tod@s tienen que tener las «oportunidades necesarias e ilimitadas» que precisen para aprender y avanzar, pero que no siempre realizarán las mismas tareas o actividades, tratando de transmitir que el trabajo de cada niñ@ es «aprender sin preocuparse ni hacer comparaciones por cómo aprenden los demás», con el objetivo de evitar que pueda crearse un ambiente en el que algún alumn@, pueda acusar al docente de injusto al parecerle que no se trata de la misma manera a tod@s.
  • Ayudar a tod@s los alumn@s a conservar su dignidad y el sentido de que vale la pena todo lo que hacen, evitando comentarios cuando percibas que algún niñ@ hace algo incorrecto sustituyendo coletillas populares del tipo “¿Qué estas haciendo?” por otras de carácter menos agresivo: “¿qué piensas hacer?”.
  • Implicar al grupo para integrar a los alumnos con diferencias de aprendizaje, permitiendo cada vez que sea posible que tod@s los alumn@s afronten y refuercen este desafío en lugar de sentir que sólo tu como “docente” harás el trabajo.
  • Trabajar con el centro escolar para asegurarse de que el “curriculum escolar” para cada grupo-aula integre convenientemente todas las necesidades de los alumn@s con diferencias de aprendizaje y favorezca significativamente su desarrollo integral. 
  • Ponerse en contacto con los padres de los alumn@s del grupo-aula para darles “buenas noticias” y comentarles algo positivo que como docente hayas notado en su hijo (cualidades, comportamiento, participación…), ya que es ésta,  la manera más sencilla para mejorar la comunicación y tratar de involucrar a los padres en el colegio, después de que te hayan escuchado decir algo provechoso.
  • Evitar dar más trascendencia de la cuenta a las competencias y a las calificaciones de carácter cuantitativo de los alumn@s, especialmente cuando nos referimos a niñ@s con TDAH y/o diferencias de aprendizaje.

Los alumn@s con TDAH y/o diferencias de aprendizaje con frecuencia perciben la “Escuela” como un “ámbito totalmente impersonal y amenazador” al que suelen prestar muy poca atención porque aunque sea “alarmante” y “lamentable” decirlo, en numerosa ocasiones es ésta “Institución”, quien les hace sentirse “diferentes a los demás”,   por lo que parece evidente la necesidad de tener en cuenta las actividades de bienvenida y las estrategias mencionadas con anterioridad como “medio facilitador” que les permita poder afrontar  con calidad y dignidad el inicio del nuevo curso escolar, en pro de poder potenciar de forma provechosa la mejora significativa de  su bienestar, implicación, participación e integración en el proceso de enseñanza-aprendizaje dentro de su grupo-aula.

Las consecuencias de todo esto, pasan por entender que cada persona tiene sus inclinaciones particulares y limitaciones para percibir y actuar,   y que desde esta perspectiva,  “nunca una va a ser idéntica a otra”, ya que existen una infinidad de conductas que nos recuerdan que jamás debemos interpretar que “nadie tiene porque ser mejor que nadie”  y que la personalidad de cada uno,  es lo que realmente aporta a este mundo su gran diversidad y riqueza.

Es por ello, que el reconocimiento y/o detección temprana del TDAH y/o las diferencias de aprendizaje marcará probablemente la divergencia y el punto de inflexión entre el éxito, el fracaso y/o el desajuste escolar, sobre todo si tenemos en cuenta que la frustración en el aprendizaje incrementa comportamientos inadecuados y suele hacer parecer a los alumn@s menos competentes y capaces de lo que en realidad son.

Por tanto y a modo de conclusión final abierta a la reflexión,  las “Escuelas de hoy” no pueden permitirse el lujo de seguir “etiquetando” y ”capoteando” a los niñ@s con TDAH y/o diferencias de aprendizaje, bajo el “prisma de la incongruencia” mediante el uso de “métodos de instrucción inadecuados» que no se corresponden con la realidad de los perfiles de aprendizaje de muchos de sus alumn@s pretendiendo que aprendan según su modelo,  sin molestarse tan siquiera en explorar sus perfiles y utilizar estrategias que conduzcan al éxito, y menos aún, de continuar mirando a tod@s y cada uno de estos niñ@s como “estudiantes inferiores” cuando en realidad son “alumn@s con diferentes estilos de aprendizaje” dotados de capacidades y aptitudes para el aprendizaje como todos los demás alumn@s y caracterizados simplemente, por su peculiar «manera de aprender». 

 

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